“Cuatro de cada diez varones en España han pagado alguna vez por sexo”

Los éxitos del “modelo sueco”, que persigue y penaliza al consumidor de servicios sexuales, y la necesidad de identificar al “cliente” como “prostituidor”, entre las claves analizadas en la primera sesión del ciclo #STOPDEMANDA organizado por Diaconía Madrid y Caixaforum

La trata de personas con fines de explotación sexual es un delito en el que se anulan los derechos y dignidad de sus víctimas, al ser consideradas un “objeto” que puede ser comerciado. Y no es neutral: el 80% de las víctimas identificadas a nivel mundial son mujeres y niñas. Un fenómeno preocupante que constituye una de las más crueles formas de la desigualdad.

Desde Diaconía Madrid se quiere contribuir activamente a la lucha contra la demanda de prostitución en la región y combatir la normalización del consumo, como medidas preventivas de la trata y la explotación sexual, pues el consumo apoya a las mafias y cosifica a la mujer.

Con tal motivo, la entidad evangélica, en colaboración con Caixaforum, inició el pasado martes 13 de abril el ciclo #STOPDEMANDA, CLAVES PARA DESINCENTIVAR EL CONSUMO DE PROSTITUCIÓN, que consistirá en cuatro sesiones, dos abiertas al público (inauguración y clausura) y otras dos sesiones internas, de trabajo, con las entidades especializadas en intervención contra la trata de mujeres víctimas de explotación sexual.

Esta primera sesión tenía como objetivo encuadrar el tema del ciclo, dar a conocer el modelo sueco para la desincentivación del consumo de prostitución y definir el perfil del consumidor de prostitución y su víctima: la mujer prostituida.

Foto: Actualidad Evangélica

Presidido por el presidente de la Alianza Evangélica Española, pastor Marcos Zapata, el acto contó con una primera parte en la que intervinieron la directora general de Igualdad de la Comunidad de Madrid, Cristina López-Cobo; el embajador de Suecia, Teppo Tauriainen; el secretario ejecutivo del Consejo Evangélico de Madrid, Manuel Cerezo; y el presidente de Diaconía Madrid, Daniel Urrutia.

PROSTITUCIÓN Y TRATA

Según Naciones Unidas la trata de personas para fines sexuales es la fuente de ingresos que crece con la mayor rapidez para el crimen organizado. Registra una cifra anual de unos 6.000 millones de euros (16,5 millones diarios) y es, según la ONU y Europol, la tercera actividad ilegal en lucro en todo el mundo, después del tráfico de armas y el comercio de estupefacientes.

Sólo en Europa se explota anualmente a unas 500.000 mujeres en la trata de personas: mujeres que, a diferencia de las drogas y armas, pueden ser explotadas y vendidas varias veces por el mismo tratante a varios clientes de servicios sexuales, reportando grandes ganancias a los proxenetas.

La trata afecta principalmente a mujeres y niñas (el 80%); aunque también son víctimas de ella niños varones y hombres adultos.

ESPAÑA, LÍDER EUROPEO EN CONSUMO DE PROSTITUCIÓN

España es el país de Europa con mayor demanda de sexo pagado. Las cifras que se desprenden del último estudio realizado por la ONU son demoledoras: el 39% de los varones en edad adulta (4 de cada 10 varones) ha pagado en alguna ocasión por mantener relaciones sexuales.

EL MODELO SUECO: PERSEGUIR AL CONSUMIDOR Y ASISTIR A LA MUJER VÍCTIMA

Para que sea posible el lucro de esa actividad delictiva es necesario que haya personas que paguen por servicios sexuales. En Suecia se promulgó en 1999 una ley que prohíbe la compra de servicios sexuales: una ley que entonces era la primera del mundo en su género, aunque desde 2006 Finlandia, Noruega e Islandia ya cuentan con una legislación similar.

El embajador sueco Teppo Tauriainien / Foto: Actualidad Evangélica

La Ley sueca criminaliza a la persona, casi siempre un hombre, que compra esos servicios sexuales. Es este enfoque una parte clave de la lucha de Suecia contra la prostitución y la trata, dos actividades que están unidas por los consumidores, que con su dinero apoyan el crimen organizado. En otras palabras: son los compradores de servicios sexuales los que hacen posible y lucrativa la trata.

UN ÉXITO NOTABLE Y UN CAMBIO EN LA PERCEPCIÓN SOCIAL

Con sanciones económicas y penas de hasta seis meses de cárcel para los consumidores de prostitución, y de 2 a 10 años para proxenetas y traficantes de mujeres, la Ley sueca ha conseguido en sus primeros 10 años reducir a la mitad el número de consumidores de prostitución.

El embajador Teppo Tauriainen explicó y valoró positivamente los éxitos conseguidos por la Ley. “El consumo de prostitución callejera se ha reducido a la mitad pero, además, la Ley ha funcionado como una barrera contra la implantación de la trata y del crimen organizado en el país”, ha dicho.

No obstante, el logro más importante para Tauriainen es que ha cambiado el punto de vista de los suecos sobre la prostitución. “Hoy existe un amplio consenso, mucho mayor al que había antes de la Ley, de que la prostitución no puede ser considerada un trabajo; que es explotación sexual”.

Cree, el embajador sueco, que criminalizar la compra de servicios sexuales es un paso importante para acabar con la trata y ofrece la colaboración de su país a España y a cualquier otro que quiera trabajar en esa línea y enfoque contra la lacra de la trata y la explotación sexual.

La Dra. Rosa Cobo Bedía, durante su ponencia / Foto: Actualidad Evangélica

PATRIARCADO E INDUSTRIA DE LA EXPLOTACIÓN SEXUAL

Junto con el testimonio del embajador sueco, el otro contenido destacado de esta primera sesión del ciclo #Stopdemanda era la conferencia coloquio “¿Quién consume sexo y quiénes son ofrecidas como producto para ser consumidas?, a cargo de Dra. Rosa Cobo Bedia, profesora titular de Sociología del Género en la Universidad de La Coruña y directora del Centro de Estudios de Género y Feministas de la misma universidad.

Un fenómeno nuevo

Cobo Bedía introdujo su ponencia encuadrando el tema de la prostitución en un sistema cultural y de valores, “el patriarcado, donde los varones tienen y han tenido siempre la hegemonía”.

Si embargo, para la socióloga el fenómeno de la prostitución actual es “nuevo” por el enorme impacto económico global que ahora tiene, situando su transformación a partir de los años 70. Razón por la que, a juicio de Cobo Bedía, “se queda corto hablar de industria del sexo… hoy hay que hablar de industria de la explotación sexual”.

Para la ponente, si no se entiende la relación [de desigualdad creciente y dominio] “Norte Sur” – “que no es un fenómeno geográfico sino político que existe en todas partes”, aclara- no se puede entender el fenómeno de la prostitución actual.

SISTEMA ECONÓMICO CRIMINAL

Con calificativos duros hacia el modelo socioeconómico neoliberal –“economía criminal”- en el que la industria de la explotación sexual es el tercer mayor negocio del planeta tras el tráfico de armas y el narcotráfico, Cobo Bedía acusa además a los medios de comunicación social de haber contribuido a la “normalización de la prostitución”. “Hasta hace poco, en medios muy serios de información general, como por ejemplo EL PAÍS, se podían ver anuncios de prostitución”, recuerda.

“En el concepto neoliberal todo se mercantiliza, ¡también los cuerpos!”, subraya. “De esa misma idea se sostienen la prostitución, la pornografía, los vientres de alquiler, etc”.

Cobo Bedía denuncia los circuitos semi institucionalizados de los que se valen las mafias para el tráfico de mujeres. Menciona el caso de algunas agencias matrimoniales a modo de ejemplo. “Si políticos, policías y jueces quisieran, se acaba enseguida con ellos”, afirma.

“Eurovegas”, un proyecto que estuvo a punto de traerse a Madrid y que finalmente no prosperó, “es otro ejemplo de esos circuitos semi institucionalizados que ofrece prostitución, y casinos donde se blanquea el dinero de la prostitución”, dice.

EL NECESARIO CAMBIO CULTURAL

Para la socióloga cántabra, afincada en Galicia, las tres patas de la industria de la explotación sexual son: 1) los proxenetas; 2) los burdeles; y 3) los prostituidores. Y que actuar para visibilizar a estos últimos, “que no se les llame clientes, sino lo que son: prostituidores”, es clave para cambiar la cultura que sostiene la prostitución.

“Algún día, cuando el abolicionismo se haya impuesto, nos daremos cuenta de que la prostitución ha sido una de las más grandes esclavitudes del siglo XXI”, concluyó.

Ya en el coloquio, Cobo Bedía se mostraba algo más optimista respecto a los avances que se están haciendo en la última década. “Hoy existe una conciencia crítica abolicionista, pero hace diez años hablar de esto en la Universidad española era algo que no se comprendía”.

“El feminismo ha puesto en la agenda política la violencia sexual”, señala, y enumera los que a su juicio deberían ser los cuatro pasos que deberían darse: 1) Perseguir y prohibir los burdeles; 2) Sancionar a los prostituidores; 3) Asistir socialmente a las mujeres víctimas; y 3) educar a los chicos y a las chicas en las escuelas.

El edificio de Caixaforum, en el Paseo del Prado de Madrid, acogió la primera sesión del ciclo #Stopdemanda / Foto: Actualidad Evangélica

Fuente: Diaconía Madrid / Redacción: Actualidad Evangélica

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